domingo, 13 de septiembre de 2015

Vuelta a EuskadienBTT. 6ª Etapa Pamplona - Doneztebe


Hoy continuamos el blog con las etapas de la vuelta a Euskadi en BTT, esta vez tocaba la 6ª etapa entre Pamplona y Doneztebe, de 58 Km y recorriendo entre otros sitios preciosos parajes como el Bosque de Orgi, el Valle de Ultzama o los embalses de Leurtza. También tocaba estrenar el nuevo y comodísimo servicio de autobús deportivo de la mano de Sportbus.

La etapa hoy comienza en Bilbao, donde íbamos a inaugurar el nuevo servicio de autobuses que desde Sportbus han puesto a disposición de todos los que quieran realizar la vuelta sin las complicaciones logísticas que conlleva el hacer estas etapas lineales. Hay decir que hemos quedado encantados con el sistema rápido y seguro de colgar las bicis en el remolque y el autobús moderno y muy cómodo. Tras una parada más en Vitoria a recoger más gente llegamos a Pamplona, donde nos juntamos con el resto de  gente que se incorporaba a la salida desde allí, Tras el cafecito de rigor nos ponemos en marcha.

Empezamos cruzando Pamplona visitando el parque de la ciudadela hasta llegar al casco viejo de Pamplona donde tras hacer una visita a la Plaza del Castillo continuamos hacia la plaza de toros, desde donde hicimos el recorrido del encierro a la contra para salir de Pamplona por la cuesta de Santo Domingo mientras lanzamos unos "Gora San Fermin"frente al santo para que nos protegiese con su manto en la etapa que íbamos a recorrer.

Dejamos atrás las civilización y cogemos unos espectaculares senderos por las faldas del monte Eskaba o San Cristobal, que nos hicieron disfrutar de lo lindo hasta que llegamos al campo de tiro de Artica, donde escuchábamos silbar las balas y tuvimos que poner ruedas en polvorosa y salir pitando de allí.


Llegamos hasta Aizoáin sin ninguna baja, continuando unos km. por la carretera Aizoán-Lizaso desviándonos en el cruce que nos llevó hasta Usi, donde por fin dejamos atrás la carretera y empezamos a remontar una campa, momento en el nos empezó a caer una tremenda chaparrada que hizo que nos tuviésemos que refugiar bajo unos arboles y esperar que escampase. 

No fue mucho tiempo, pero el aguacero había sido tan grande que se hizo imposible rodar cuesta arriba, ya que las ruedas iban completamente bloqueadas. Tuvimos la suerte que nos pilló casi arriba del todo y enseguida empezamos el descenso por un camino que más parecía un río que nos llevó hasta la ermita de San Urbano.

Ya por el  bonito valle de Ultzama cruzamos el pequeño pueblo de Guelbenzu parando a reagruparnos frente a un caserío con una fachada de palacio, donde por una de sus ventanas apareció el dueño sorprendido por ver tanta gente, hablando con el nos propuso vendernos el caserío, pero el el bote/caja que llevábamos no era suficiente y como no vio negocio ahí nos ofreció unas barritas de chocolate. Como empieza a ser ya habitual que en nuestras rutas nos ofrezcan productos típicos de la zona no le dijimos que no y allí bajó en pijama a la calle hasta el coche y del maletero sacó una caja de barritas de Chocolate Crunch bar de Benevita muy ricas de las que era representante.

Tras el rico tentempié continuamos nuestro recorrido pasando por el bonito bosque de Orgi hasta llegar a Lizaso donde ya si paramos a tomarnos algo en un bar, secar la ropa y disfrutar con el solete que ya nos volvía a acompañar.
Con las fuerzas recargadas continuamos hasta Eltzaburu donde iniciamos la subida por pista hacia los montes de Ultzama por un paraje espectacular, con unos regatos y bosques realmente bonitos. Llegando a la parte más alta nos cogió la niebla, lo que hizo que el paisaje dentro del bosque fuese todavía más espectacular.

Reagrupados arriba iniciamos una loca y divertidísima bajada hasta los pantanos de Leurtza, donde tras pasarlos empezó a sonar una tormenta, con retumbar de truenos ininterrumpido que no hacia presagiar nada bueno.

Y así fue al poco empezó a llover torrencialmente  y de ahí pasó a granizar. Por suerte a el primer grupo nos pilló ya junto a un caserío, donde habíamos parado a limpiar las bicis en el canalón que bajaba del tejado, el cual tiraba tanta agua y con tanta fuerza que nos dejó las bicis completamente limpias. Allí nos refugiamos mientras veíamos caer granizo del tamaño de nueces, pensábamos que sería del resto del grupo que aun no había llegado y sabíamos que no iban a encontrar donde resguardarse hasta llegar a donde estábamos.


En unos minutos dejó de caer el granizo como nueces y decidimos continuar, ya que estábamos completamente empapados y nos estábamos quedando fríos. La lluvia torrencial no había dejado de caer y prácticamente no veíamos nada, pero seguimos luchando contra los elementos hasta que llegamos el pueblo de Oitz donde el espectáculo fue ya para no olvidar en la vida.

Tuvimos que remontar una calle por la que bajaba el agua como por un autentico río, donde los balcones de las terrazas de los chalets rebosaban como unas cataratas y las alcantarillas expulsaban el agua como en un geiser.  Aquello era apocalíptico pero como auténticos salmones conseguimos remontar la calle.




Dejando atrás aquel infierno y la tormenta llegamos muy emocionados por fin hasta Doneztebe, donde nos estaba esperando ya el autobús con nuestra ropa de recambio seca y calentita y donde el resto del grupo no tardó en llegar.



Una etapon para recordar no sólo por paisajes que pudimos ver, pese a que el tiempo no nos acompaño durante gran parte del recorrido, sino por el tormentón épico que nos cayo que nos hizo temblar al principio y emocionar al final.


Agradecimientos
Fotos: Aurelio (euskadienbtt) y Pakito