Ya tenia ganas de darme una vuelta por los Pirineos con la bici. Por fin llegó el día y no uno sino dos días de bici, más uno de propina para probar una actividad nueva, una vía ferrata.
A las 7 de la mañana Mikel, Lina, Raul y yo arrancamos desde Vitoria rumbo Huesca, haciendo parada en Puente la Reina de Jaca, una vieja conocida de mis salidas en moto. Tras algún pequeño despiste llegamos sobre las 11 a Sarvisé un pequeño pueblo del valle de Broto donde habíamos cogido un fantástico apartamento con jardín en Casa Gallán. La dueña muy amable nos deja meter todos nuestros bártulos pese a que aun no es la hora de entrada y tras prepararnos nos ponemos en marcha sobre las 11.30.
Arrancamos de Sarvisé por carretera dirección Broto, antes de llegar cogemos un cruce hasta llegar a Buesa donde comienza la pista que nos llevará hacia los miradores.
Poco a poco vamos ascendiendo por la pista cruzando los bosques con una pendiente no exagerada, pero si muy continua que hace que los culos de algunos empiecen ya a resentirse. A medida que cogemos altura los arboles tienden a desaparecer y empezamos a disfrutar de las grandes vistas. Al fina llegamos hasta el primero de los miradores que tenemos marcados en el gps, aprovechamos para descansar un poco, comer y sacarnos unas fotos.
El descanso nos viene genial, ya que ahora empiezan las rampas fuertes, que así vistas desde lejos asustan un poco, pero una vez que llegas a ellas tampoco fueron para tanto. Así continuamos varios kilómetros hasta llegar al segundo mirador, también con unas vistas grandiosas a las impresionantes paredes de los 3000 que tenemos delante.
Emprendemos la marcha de nuevo y seguimos remontando hasta llegar a un cruce donde paramos a reagruparnos, cuando aparece por allí un anciano francés de aspecto delicado con su bicicleta de cicloturismo y alforjas. Parecía un anuncio de Decathlon, ya que todas y cada una de las prendas que portaba eran de la marca francesa, incluyendo la bici y las alforjas. El hombre hablaba algo de castellano, pero tan pausado y calmado que casi nos duerme allí mismo, aun así le entendimos que estaba haciendo una vuelta por el norte de Aragon, allí que nos sacó su gps de papel a la antigua usanza y le explicamos de donde veníamos. Tras una lenta conversación nos despedimos de el dejándonos allí humillados con nuestras caras bicicletas de doble suspensión, ruedas gordas, frenos de disco y gpses.
Continuamos un par de km más hasta el siguiente mirador, desde el que contemplamos el valle de Ordesa en toda su amplitud. Tras las explicaciones de nuestro guía Raul y unas fotos volvemos a la carga.
En este momento empiezan a gotear un poco, así que decidimos continuar hasta el ultimo de los miradores. Echando el resto llegamos hasta allí, a más 2200 m. de altura disfrutamos de unas vistas impresionantes del valle, con la famosa cascada cola de caballo en el fondo.
No nos entretenemos mucho allí arriba ya que veíamos columnas de agua delante nuestro y no nos apetecía pillar un chaparrón allí arriba, así que empezamos la vuelta, por suerte a media que nos vamos acercando al chaparrón el agua va desapareciendo y al final tenemos suerte y no nos cae ni una gota.
Llegamos al cruce donde nos habíamos encontrado con el cicloturista francés, nos reagrupamos e iniciamos un loca y rapidísima bajada por una pista ancha. Tras un par de km, como me había adelantado al resto del grupo, decido parar a esperarles y quitarme el chubasquero, ya que el sol apretaba de nuevo. Tras reagruparnos al volver a arrancar me doy cuenta que HE PERDIDO LA CADENA!!!.
No me lo puedo creer, no tengo cadena, esto no me había pasado nunca, las risas que nos echamos son pocas. Tenemos mil herramientas y eslabones de cadena en las mochilas, pero no una cadena completa. Así que no me queda más remedio que coger la bici de Raul y con Mikel de gregario comenzamos a subir poco a poco de nuevo por la pista sin despegar la vista del suelo. Cuando estamos llegando casi al cruce desde donde habíamos iniciado el loco descenso aparece mi cadena en medio de la pista. La rescatamos y de nuevo volvemos hasta donde nos esperan Lina, Raul y la bici descadenada.
Por suerte sólo había desaparecido el eslabón rápido y llevaba varios de recambio. Así que tras repararla y comer un poco volvemos a descender por la pista , comenzando a atravesar los bosques rápidamente haciendo algunas paradas para ver el paisaje y alguna bonita cascada junto al camino.
Cuando estamos casi terminando el descenso, vuelvo a notar algo raro, ahora he pinchado ... vaya suerte la mía. Vuelta a parar y vuelta a sacar las herramientas, parece que la he llantado por bajar tan fuerte y el liquido de la cámara no es suficiente para cerrar los agujeros de la cámara. Tras arreglarlo vuelta a la bajada, aunque ahora si, me lo tomo con más calma.
Y así llegamos hasta abajo tras cruzarlo el río, un repecho durisimo para nuestras mermadas fuerzas nos deja ya en Torla. Tras atravesar Torla cogemos la carretera que nos baja hacia Broto y de aquí hasta el apartamento en Sarvisé.
Tras 50 Km llegamos de nuevo al pueblo cansados pero contentos con la ruta. Lo celebramos con una buena riada de cervecitas en un chiringuito de vaqueros frente al apartamento. Ahora toca ducha y vuelta a Torla a hacer un poco turismo y buscar un sitio para cenar.
Agradecimientos
Fotos: Mikel