martes, 15 de julio de 2014

GR-291 Agua y Roca: Del Ebro a los Obarenses


Hoy nos fuimos de excursión hasta Orón, muy cerca de Miranda de Ebro en la provincia de Burgos. Allí Mikel nos tenia preparada una singular vuelta, el sendero GR-291 Agua y Roca: del Ebro a los Obarenses.

El GR-291, es una ruta de aproximadamente sesenta kilómetros que une los Montes Obarenes con el río Ebro,  discurre por pistas, caminos y sendas, permitiendo conocer la comarca, disfrutar de su historia y descubrir algunos de los rincones más bellos y desconocidos de la provincia de Burgos.

Arrancamos atravesando el pueblo para coger una parcelaria que nos lleva hasta un puentecillo que cruza el canal de Miranda, desde ahí por caminos y senderos junto al río Oroncillo llegamos hasta Valverde de Miranda. Atravesamos su curioso puente neoclásico parando a coger agua en su antiguo lavadero.


Dejando atrás el pueblo continuamos por el camino hasta Bugedo, donde podemos encontrar en la torre de su iglesia el reloj de sol datado más antiguo de España. A las afueras del pueblo el conocido Monasterio de Santa Maria creado entre el siglo XII y XIII,  que ahora es el colegio de la Salle.

            

Seguimos hasta Ameyugo, localidad que forma parte del camino de Santiago por la vía de Bayona. Seguimos durante un rato por el camino hasta llegar a la ermita del cristo del barrio, un bonito paraje en el que se siguen celebrando romerías como las de antaño.


Seguimos el sendero junto al río y nos vamos adentrando por el desfiladero. Pasamos por debajo de todas las infraestructuras que aprovechan este paso para cruzar estos montes, como los viaductos de tres molinos y pangúa, la autopista AP-1 o la carretera general.


Llegamos a Pancorbo donde hacemos una visita a sus calles y monumentos,  haciendo una parada a tomar un cafecito reconstituyente antes de comenzar con el repechón del día.


Con las fuerzas renovadas nos vamos hacia la salida del pueblo, allí nos estaba esperando Don Quijote, Sancho Panza y la bella Dulcinea. Junto a ellos, una multitud de esculturas confeccionadas con restos de metal por un artista local.

Iniciamos las duras rampas que nos llevan hacia los montes Obarenses, mientras ascendemos vemos a nuestra izquierda en lo alto la fortaleza de Santa Engracia, una autentica ciudad amurallada construida para defenderse de una posible invasión francesa a finales del siglo XVIII.

            

Tras sudar la gota gorda en la subida llegamos hasta el mirador de la peña del Mazo, desde aquí las vistas al desfiladero son realmente espectaculares y nos hacen olvidar rápidamente el esfuerzo realizado.

Continuamos nuestro camino descendiendo ya por una pista atravesando los bosques Obarenses que  nos llevan hasta la carretera general. Continuamos un poco por ella hasta llegar a coger un camino que nos llevará hasta Moriana.

Dejamos atrás el pueblo y seguimos hasta Ayuelas, donde el amigo Raul se despide ya de nosotros y busca un atajo para volver hasta Orón. Nosotros continuamos la ruta visitando el pueblo y la  iglesia de San Andrés del s. XVII.


Asi seguimos por caminos y senderos hasta llegar a Santa Gadea del Cid, una preciosa villa medieval con unas calles y plaza mayor muy bien conservadas.  En lo alto del pueblo las ruinas del antiguo castillo del siglo XI nos recuerdan un glorioso pasado.


Abandonamos el pueblo por una de sus antiguas puertas, para continuar junto al río por un paseo de arboles frutales que nos lleva hasta las parcelarias. Allí le damos gracias a los aspersores de riego de los campos de cultivo que nos refrescan un poco del sol de justicia que hace ya a esas horas. En seguida llegamos hasta Bozoó y luego hasta Portilla, donde hacemos una parada en su antiguo lavadero y en los restos del castillo de Fontecha. 

Seguimos hacia Villanueva Soportilla, y a las afueras del pueblo nos desviamos hasta los restos de la necrópolis de Santa María de Tejuela . Una de las necrópolis altomedievales más extensas de todo Burgos con 279 tumbas de distintas formas situada en un promontorio rocoso con inmejorables vistas.


Volvemos de nuevo al camino y entramos en un sendero a la orilla del Ebro que nos lleva hasta Guinicio. Desde aquí el camino nos lleva por parcelarias y caminos cruzando los pueblos de Montañana y Suzana  hasta llegar de nuevo al punto de inicio de la ruta en Orón.

Al final nos sale una bonita vuelta de 67 Km, sin mucho desnivel salvo por la subida a los montes Obarenses, con la que hemos disfrutando de algunos de los rincones más bonitos y con historia de esta comarca de Burgos.


Agradecimientos
Fotos: Mikel

lunes, 7 de julio de 2014

Vuelta por el Parque Natural de Izki


Hoy tocaba la salida por el Parque Natural de Izki, uno de los entornos más privilegiados para perderse con la bici.  Kilómetros y kilómetros de senderos entre hayedos, robles marojos y disfrutando de espectaculares vistas de sus miradores.

Iniciamos la marcha desde el parking del Restaurante junto a la gasolinera de Virgala Mayor donde nos habíamos citado. Ahí mismo cruzando la carretera, cogemos la pista por la que vamos ascendiendo entre hayedos. Desde algunos claros podemos ver a nuestra derecha el monte Kapildui, con su enorme antena del radar meteorológico de Euskalmet o en el fondo del valle el cuartel de los Berroci de la Ertzaina. Siguiendo el camino llegamos hasta peña Atxartea, donde hay ver una escuela de iniciación a la escalada. Con un golpe de pedal más llegamos hasta el cresterio y de aquí hasta la cima del monte San Kristobal.


Después de disfrutar de las vistas, continuamos por el cresterio teniendo a nuestros pies las impresionantes vistas del barranco. Así llegamos hasta el San Justi donde hacemos una parada a reponer fuerzas mientras somos devorados por las moscas.


Iniciamos el descenso hacia el barranco, por el que seguimos un bonito sendero que nos lleva hasta un pequeño embalse sobre el pueblo de Apellaniz. Esta vez no bajamos hasta allí , cogemos un atajo cruzando el arroyo para evitarnos el paso por el pueblo y la aburrida pista de subida que hay a continuación. El camino nos deja en el punto más alto de la pista, en el barrio de Goikara, desde donde iniciamos la bajada primero por pista y luego por uno de los senderos más revirados y divertidos que podemos encontrar en Izki.


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Nos adentramos ya en la profundidad del bosque por sus kilómetros de senderos, disfrutando como enanos incluso cuando no tenemos más remedio que vadear un riachuelo que venia un poco subido.

            

Siguiendo los senderos nos desviamos hasta el Roblón, un singular árbol en medio del bosque donde hacemos una parada a fotografiarnos con él.

Continuamos por los senderos hasta llegar a la carretera que nos lleva hasta San Román de Campezo. Cruzando el pueblo nos encontramos con una furgoneta que a ritmo de jota navarrica vendía helados y refrescos, no podemos aguantar la tentación de abordarla y comprar unos ricos helados que disfrutamos a la sombra de uno de los antiguos lavaderos.

            

Abandonamos San Román y nos dirigimos de nuevo hacia los senderos que nos llevaran dirección Bujanda, pero sin llegar a entrar al pueblo, ya que nos desviamos por otros senderos hasta aparecer en Corres, donde hacemos una parada en el bar del pueblo a comernos unos pintxos y unas cocacolas agitadas para coger fuerzas y afrontar uno de los últimos repechos del día.


Iniciamos la subida por el camino y sendero que nos lleva hasta un mirador junto al Gaztelu, donde hacemos una parada para disfrutar de las espectaculares vistas y sacar alguna foto de grupo.


Aquí empieza otra de las mejores bajadas del día, primero por un sendero técnico que nos deja en el bosque, desde donde parte un camino más ancho  de tierra con fuerte pendiente y rapidísimo, que nos hace gozar de lo lindo llevandonos hasta Antoñana.

En Antoñana aparecemos junto al centro de interpretación de la vía verde del ferrocarril vasco navarro, cruzamos el singular pueblo por sus calles estrechas hasta dejarlo atrás y por un camino llegamos hasta la vía verde.


Circulamos unos kilómetros hasta las piscinas de Maeztu donde dejamos la vía verde y nos desviamos por el antiguo camino que nos evita cruzar el pueblo, llevándonos hasta Leorza. Desde aquí cogemos la carretera que nos sube hacia Aletza, donde antes de entrar al pueblo cogemos un desvío que nos hace descender rápidamente ya hasta el pueblo de Virgala Mayor.

Y así llegamos de vuelta a los coches en el  Restaurante Virgala, dando por finalizada la ruta de hoy, momento de dar buena cuenta de todos los pintxos que habían quedado por la barra del bar.

Track de la ruta en Ibilibideak

También en Wikiloc aquí

Agradecimientos
Fotos: Mikel y Pakito
Video: Aurelio (EuskadienBTT)

miércoles, 2 de julio de 2014

Ruta por los valles de Bujaruelo, Otal y Ordiso


Amanece otro día esplendido por el Pirineo, perfecto para pedalear por estos increíbles parajes. Hoy toca visitar los valles de Bujaruelo, Otal y Ordiso... esto promete y mucho.

Hoy decidimos quitarnos la paja de ir y volver por carretera hasta el punto de inicio de la ruta e ir al grano, así que montamos las bicis en el coche y nos dirigimos hasta un aparcamiento después del camping de Ordesa, justo en la entrada a los valles de Bujaruelo y Ordesa.

Arrancamos llegando en seguida hasta el cruce de entrada a los valles, donde por un lado se puede entrar al de Ordesa y por el otro al Bujaruelo. Tiramos por este ultimo pedaleando paralelos al rio Ara y parando cada dos por tres para ver los espectaculares y ruidosos rápidos del río.


Seguimos ascendiendo suavemente por la pista y llegamos hasta el camping de Bujaruelo, donde hacemos una parada a sacarnos una foto junto a el cartel de la entrada para enviársela al amigo Vicente y darle un poco de envidia, pero por suerte para él ninguno teníamos cobertura.

            

Y así seguimos disfrutando de los paisajes hasta llegar a las campas donde se encuentra el refugio de Bujaruelo.  Pasamos de largo dejándolo atrás y continuamos hasta el cruce para que nos lleva a los valles de Otal y Ordiso. 

Empezamos a remontar las duras pistas que nos dirigen hacia el valle de Otal, pero una vez que coronamos podemos disfrutar de las impresionante vistas de todo el valle, que hace que se olvide rápido el sufrimiento de la subida.
       

Continuamos por una larguísima recta en el fondo del valle embobados con las vistas de nuestro alrededor hasta que llegamos al refugio de Otal. Desde aquí cogemos un sendero que nos lleva hasta el final del valle, donde encontramos la bonita cascada del l barranco de la Paúl.

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Después de un rato disfrutando de la cascada retornamos de nuevo por la larguísima recta que cruza todo el valle, hasta que iniciamos un rápido descenso de nuevo hasta el Bujaruelo.


Una vez de nuevo en el valle, cogemos la otra pista que nos llevará ahora hasta el valle de Ordiso. Las vistas durante la subida son impresionantes también y podemos disfrutar de cascadas a pie de pista o impresionantes vistas a los rápidos del río.


Tras un rato de subida llegamos hasta el final de la pista en el refugio de Ordiso. Allí decidimos dejar las bicis aparcadas y bajar andando hasta el fondo del valle, para visitar una cascada espectacular que cae del río Ordiso.

            

Un descanso disfrutando del paisaje y vuelta al ataque, comenzamos la vuelta descendiendo por donde habíamos subido, entre arboles y barrancos hasta llegar casi de nuevo al fondo del Bujaruelo. Antes de llegar cogemos un sendero paralelo al río Ara muy divertido que nos lleva de nuevo hasta el refugio. Antes de llegar nos encontramos con un antiguo nido de ametralladas escondido junto al sendero y aprovechamos para hacer la visita espeleológica del día.


Llegamos por fin al albergue y lo encontramos lleno de gente, por suerte conseguimos un buena mesa y nos sentamos allí a disfrutar de un descansillo y comer algo, ya que el resto de ruta que nos queda es prácticamente toda bajada y no nos va a pesar mucho ya lo que nos metamos.


Y ahí que Lina nos sorprende trayéndonos unos exquisitos manjares para celebrar su cumpleaños, se sacó unas alitas de pollo a la barbacoa, unas patatas ali-olí y unas butifarras (o algo así) que nos supieron a gloria bendita. Zorionak eta ezkerrik asko!!!

        
Tras la comilona y antes de nos coja la modorra, comenzamos el descenso de nuevo hasta la salida del valle con tanta energía que no dudamos en adelantar a todo tipo de vehículos que se ponen por delante. De eso mejor no ponemos fotos ...


Y así llegamos de nuevo hasta los coches, dando por concluida una de las rutas con mejores vistas que recuerdo. Luego vuelta al apartamento, una ducha y por la tarde a Broto, aprovechando para echar un ojo al desafío de mañana, la vía ferrata de la cascada del Sorrosal, pero esto ya es otra aventura ....

Agradecimientos
Fotos: Mikel