Repetimos entrada con este etapón de la vuelta a EuskadienBTT que va desde Lekumberri hasta Beasain atravesando la sierra de Aralar.
Si la otra vez que fuimos tuvimos que hacer auténticos cambalaches con los coches para poder volver de nuevo hasta el punto de partida, esta vez como en todas las etapas de la vuelta hemos disfrutado del lujazo de disponer del autobús con remolque de Sportbus que nos ha facilitado enormemente tanto de la ida como de la vuelta, así da gusto.
Empezamos la etapa desde Lekumberri cogiendo la carretera que sube hasta Iribas, desde donde cogimos los caminos que nos llevaron hasta las ruinas del molino Aitzarrateta, un bonito rincón donde nace el río Ertzilla - Larraun.
Siguiendo la ascensión por caminos llegamos hasta el GR-12, también conocido como sendero de Euskal Herria, por el que seguimos cruzando hayedos hasta llegar a la carretera que asciende a el Santuario de San Miguel de Aralar.
Una vez arriba disfrutamos de las espectaculares vistas y repusimos fuerzas en el refugio-restaurante que hay junto al Santuario, para de nuevo descender hasta el Guardetxe e iniciar el ascenso hasta los rasos de Aralar.
Tras coronar comenzamos con el rapidísimo descenso hasta los refugios de Errenaga, donde comienza uno de los senderos más espectaculares, sino el que más, de los que conozco por los alrededores.
Disfrutando de los senderos llegamos hasta el embalse de Lareo, donde cogimos la pista que a velocidades de infarto nos llevó hasta la carretera y desde esta descender hasta llegar a Ataun.
Allí algunos cogimos el sendero que paralelo al río nos llevó hasta Lazkao, donde cogimos el carril bici que nos llevó finalmente hasta Beasain.
Una etapa muy disfrutona con parajes variados que nos dejó un buen sabor de boca.
Ultima crónica del año, esta vez con la quedada mensual del calendario de EuskadienBTT, que me tocaba organizar a mi y para la que había preparado una ruta alrededor de la sierra del Anboto.
Nos dimos cita en el barrio de Tabira de Durango junto a la ermita de San Pedro con muchas caras nuevas y desde donde iniciamos la marcha por el camino Mikeldi para ir cogiendo altura poco a poco viendo a nuestra derecha el pequeño pueblo de Izurtza y el gran mazacote de piedra del monte Mugarra.
En frente el molino de viento de Larringan nos guía hasta el primer alto de la jornada, en el barrio de Mendiola, allí dejamos ya el GR-Mikeldi y descendemos cruzando el barrio hasta coger un camino pedregoso y habitualmente muy mojado que nos lleva hasta los pies de las canteras de Atxarte.
Allí tras encomendarnos en la ermita del Santo Cristo comenzamos la larga subida por pista disfrutando de unas espectaculares vistas al valle al fondo del valle, de pequeñas cascadas y flanqueados por los primeros colosos de piedra de la sierra del Anboto el Untxillax, Aitz Txiki o Ailluitz entre otros.
Antes de disfrutar con las vistas desde el mirador de las tres cruces de urkiola tuvimos que sufrir un poco por los últimos rampones del viacrucis que nos hicieron echar pie a tierra durante unos pocos metros hasta conseguir llegar por fin a el mirador.
Tras reagruparnos y sacar unas fotillos nos acercamos hasta el Santuario donde hicimos un descanso para tomarnos un caldito o consomé bien calentito en el bar que hay junto a el santuario y echar unas risas con el showman que hay tras la barra.
De nuevo nos ponemos en marcha para afrontar los últimos kilómetros de subida hasta la fuente del Pol Pol a los pies del Anboto, donde el grupo se separa en dos para afrontar los primeros descensos bien por sendero o bien por pista para volver a agruparse un poco más abajo.
Empezamos el largo descenso primero por pistas rodeados de hayedos y rocas hasta llegar a las campas de Zabalandi donde volvimos a agruparnos para seguir con la bajada loca todos juntos que nos hizo disfrutar como locos por sus altas velocidades, senderos técnicos de piedras y profundos hayedos con hojas que nos llegan hasta los mismísimos ejes de las ruedas.
Tras muchos gritos emocionados llegamos hasta Besaide donde pudimos encontrar el nuevo monumento de Yohin Ogata en memoria a los montañeros muertos y a su lado en la cima del Besaide el antiguo monumento. A sus pies también encontramos un un eje geodésico que nos indica el punto en el que se unen los tres territorios vascos.
Dejamos atrás los monumentos y seguimos descendiendo por pistas hasta llegar al barrio de Arrazola junto a la Vía Verde del mismo nombre, a la que nos nos incorporamos ya que en ella están prohibidas las bicicletas.
Así continuamos hasta Apatamontasterio donde llegamos a la carretera general y nos incorporamos a la carretera hasta Abadiño, ya que el camino que tenia pensando por las vías de servicio de la nueva carretera de circunvalación que están haciendo entre Geredia y Elorrio estaba totalmente inundado e impracticable.
En Abadiño nos volvemos a los senderos y carriles bici que cruzan el pueblo para diriginos de vuelta hacia Durango y cruzar su casco antiguo hasta llegar de nuevo a el punto de inicio de la ruta en el barrio de Tabira.
Una ruta sin muchas dificultades salvo por el desnivel que hay que salvar prácticamente sin descanso desde el inicio hasta los pies del Anboto, pero que sin duda merecerá la pena por las vistas y el larguísimo y divertido descenso para todos los gustos que tendremos después.
Hoy continuamos el blog con las etapas de la vuelta a Euskadi en BTT, esta vez tocaba la 6ª etapa entre Pamplona y Doneztebe, de 58 Km y recorriendo entre otros sitios preciosos parajes como el Bosque de Orgi, el Valle de Ultzama o los embalses de Leurtza. También tocaba estrenar el nuevo y comodísimo servicio de autobús deportivo de la mano de Sportbus.
La etapa hoy comienza en Bilbao, donde íbamos a inaugurar el nuevo servicio de autobuses que desde Sportbus han puesto a disposición de todos los que quieran realizar la vuelta sin las complicaciones logísticas que conlleva el hacer estas etapas lineales. Hay decir que hemos quedado encantados con el sistema rápido y seguro de colgar las bicis en el remolque y el autobús moderno y muy cómodo. Tras una parada más en Vitoria a recoger más gente llegamos a Pamplona, donde nos juntamos con el resto de gente que se incorporaba a la salida desde allí, Tras el cafecito de rigor nos ponemos en marcha.
Empezamos cruzando Pamplona visitando el parque de la ciudadela hasta llegar al casco viejo de Pamplona donde tras hacer una visita a la Plaza del Castillo continuamos hacia la plaza de toros, desde donde hicimos el recorrido del encierro a la contra para salir de Pamplona por la cuesta de Santo Domingo mientras lanzamos unos "Gora San Fermin"frente al santo para que nos protegiese con su manto en la etapa que íbamos a recorrer.
Dejamos atrás las civilización y cogemos unos espectaculares senderos por las faldas del monte Eskaba o San Cristobal, que nos hicieron disfrutar de lo lindo hasta que llegamos al campo de tiro de Artica, donde escuchábamos silbar las balas y tuvimos que poner ruedas en polvorosa y salir pitando de allí.
Llegamos hasta Aizoáin sin ninguna baja, continuando unos km. por la carretera Aizoán-Lizaso desviándonos en el cruce que nos llevó hasta Usi, donde por fin dejamos atrás la carretera y empezamos a remontar una campa, momento en el nos empezó a caer una tremenda chaparrada que hizo que nos tuviésemos que refugiar bajo unos arboles y esperar que escampase.
No fue mucho tiempo, pero el aguacero había sido tan grande que se hizo imposible rodar cuesta arriba, ya que las ruedas iban completamente bloqueadas. Tuvimos la suerte que nos pilló casi arriba del todo y enseguida empezamos el descenso por un camino que más parecía un río que nos llevó hasta la ermita de San Urbano.
Ya por el bonito valle de Ultzama cruzamos el pequeño pueblo de Guelbenzu parando a reagruparnos frente a un caserío con una fachada de palacio, donde por una de sus ventanas apareció el dueño sorprendido por ver tanta gente, hablando con el nos propuso vendernos el caserío, pero el el bote/caja que llevábamos no era suficiente y como no vio negocio ahí nos ofreció unas barritas de chocolate. Como empieza a ser ya habitual que en nuestras rutas nos ofrezcan productos típicos de la zona no le dijimos que no y allí bajó en pijama a la calle hasta el coche y del maletero sacó una caja de barritas de Chocolate Crunch bar de Benevita muy ricas de las que era representante.
Tras el rico tentempié continuamos nuestro recorrido pasando por el bonito bosque de Orgi hasta llegar a Lizaso donde ya si paramos a tomarnos algo en un bar, secar la ropa y disfrutar con el solete que ya nos volvía a acompañar.
Con las fuerzas recargadas continuamos hasta Eltzaburu donde iniciamos la subida por pista hacia los montes de Ultzama por un paraje espectacular, con unos regatos y bosques realmente bonitos. Llegando a la parte más alta nos cogió la niebla, lo que hizo que el paisaje dentro del bosque fuese todavía más espectacular.
Reagrupados arriba iniciamos una loca y divertidísima bajada hasta los pantanos de Leurtza, donde tras pasarlos empezó a sonar una tormenta, con retumbar de truenos ininterrumpido que no hacia presagiar nada bueno.
Y así fue al poco empezó a llover torrencialmente y de ahí pasó a granizar. Por suerte a el primer grupo nos pilló ya junto a un caserío, donde habíamos parado a limpiar las bicis en el canalón que bajaba del tejado, el cual tiraba tanta agua y con tanta fuerza que nos dejó las bicis completamente limpias. Allí nos refugiamos mientras veíamos caer granizo del tamaño de nueces, pensábamos que sería del resto del grupo que aun no había llegado y sabíamos que no iban a encontrar donde resguardarse hasta llegar a donde estábamos.
En unos minutos dejó de caer el granizo como nueces y decidimos continuar, ya que estábamos completamente empapados y nos estábamos quedando fríos. La lluvia torrencial no había dejado de caer y prácticamente no veíamos nada, pero seguimos luchando contra los elementos hasta que llegamos el pueblo de Oitz donde el espectáculo fue ya para no olvidar en la vida.
Tuvimos que remontar una calle por la que bajaba el agua como por un autentico río, donde los balcones de las terrazas de los chalets rebosaban como unas cataratas y las alcantarillas expulsaban el agua como en un geiser. Aquello era apocalíptico pero como auténticos salmones conseguimos remontar la calle.
Dejando atrás aquel infierno y la tormenta llegamos muy emocionados por fin hasta Doneztebe, donde nos estaba esperando ya el autobús con nuestra ropa de recambio seca y calentita y donde el resto del grupo no tardó en llegar.
Una etapon para recordar no sólo por paisajes que pudimos ver, pese a que el tiempo no nos acompaño durante gran parte del recorrido, sino por el tormentón épico que nos cayo que nos hizo temblar al principio y emocionar al final.
Como cada mes tocaba la salida mensual de EuskadienBTT organizada por alguno de nosotros, esta vez los organizadores íbamos a ser el amigo Roberto y yo. Teníamos muy claro que queríamos enseñar nuestra zona, por la que habitualmente nos movemos y que no es otra que los montes Upo y Mandoia. Así que tras unos reconocimientos de la zona para que no fallará nada nos curramos este recorrido.
Nos dimos cita en el aparcamiento de Meatzeta en Usansolo. Con el suelo aún mojado por la lluvia de la noche iniciamos la marcha saliendo del aparcamiento para dirigirnos hacia el caserio Txapelena y continuar por el puente viejo hasta el bidegorri que nos llevó a cruzar el restaurado puente de Puentelatorre del s.XVII.
Continuamos por el camino donde antiguamente pasó el tranvía Bilbao-Arratia y llegamos de nuevo hasta las escuelas, desde allí empezamos con una no muy larga pero dura subida hasta llegar al sendero que nos subió hasta el barrio Basozabal, desde donde ya más fácilmente seguimos ascendiendo hasta el barrio de Arteta. Tras pasar la ermita cogimos un camino que nos haría descender por un largo y divertido sendero hasta la carretera de Lekubaso.
Continuamos hasta el Embalse donde tras cruzar la fuente del huevo podrido, iniciamos la subida por una pista fácil hasta el refugio de Upo, desde donde cogimos el camino antiguo que subía hasta los merenderos y desde allí con un ultimo esfuerzo llegamos al mirador de Upo.
Por desgracia el día estaba muy cerrado y apenas pudimos disfrutar de las vistas al gran Bilbao que se pueden contemplar desde este punto.
Así que nos dimos media vuelta y seguimos por senderos, algunos muy pronunciados, hasta el cruce de la vaqueriza, donde subimos hasta la ermita de San Segismundo, donde paramos a coger agua y hacer un poco el tonto.
Continuamos dirección Artanda pero sin coronar esta será cima, ya que la dejamos para otra ocasión. Por el cordal nos acercarnos hasta al mirador de Ugao, desde donde pudimos disfrutar de las vistas y hacer un merecido descanso. Aquí mi cámara terminó con la primera batería y no encontré la otra, resultó que me la había dejado en casa, por lo que a partir de aquí ya no hay grabación.
Vuelta de nuevo por el mismo camino, para seguir hacia el refugio de los cazadores, donde continuamos por pista ancha hasta llegar al sendero que nos bajaba al bosque oscuro de los cipreses, un tramo realmente muy bonito. Tras cruzar el bosque iniciamos la subida hasta el cruce de Irumugarrieta, donde cogimos el camino que nos llevó hasta el monolito en homenaje a Joserra, desde donde pudimos disfrutar de una bonita panorámica.
Continuamos hacia arriba y en un ultimo esfuerzo llegamos hasta la cima del Mandoia. Por desgracia el día seguía muy cerrado y no pudimos disfrutar de las espectaculares vistas de este monte, para colmo se empezó a oír que se acercaba una tormenta, por lo que no nos entretuvimos mucho e iniciamos el descenso.
Rodeando Mandoia por caminos y senderos realmente espectaculares comenzamos con el largo descenso que nos llevó hasta Zekutze, justo cuando nos alcanzó la tormenta, por suerte sin aparato eléctrico ya, pero con un increíble chaparrón que nos impedía incluso ver por donde íbamos.
Y así llegamos hasta el txakolindegi de Bedia, donde teníamos idea de parar a comer antes de finalizar la etapa, pero estamos tan empapados que decidimos continuar por el camino de Pertxin hasta Usansolo. Tras cruzar el pueblo llegamos de nuevo hasta el aparcamiento de Meatzeta y finalizamos la salida.
Después de secarnos y cambiarnos nos dirigimos de nuevo hasta el txakolindegi, para esta vez si meternos un buen menú y acabar con una sobremesa que terminó bien entrada la noche.
Salida mensual de las kkds de EuskadienBTT, esta vez organizada por Isabolita para conocer su zona , la de Uribe-Costa. Hasta allí nos acercamos para recorrer sus senderos y caminos, conociendo sus acantilados, playas y fortalezas escondidas.
Desde Berango iniciamos nuestra marcha cogiendo el bicicarril que nos lleva serpenteando hasta el bosque de Mendikoetxe, donde nada más entrar, nos encontramos en el suelo un altar de lo que parecía un ritual vudu con una gallina degollada, velas encendidas y un par de botellas de algo. Aunque pueda parecer algo raro en nosotros no nos paramos a ver aquello y salimos pitando de allí.
Cruzamos los senderos del bosque hasta llegar al acantilado sobre la playa de barinatxe, más conocida como la salvaje, por donde continuamos cruzando su aparcamiento hasta la siguiente playa, la de Arrietara y Atxibiribil. Desde allí nos volvimos a adentrar en los enrevesados senderos que junto a los acantilados nos llevaron hacia Barrika.
Tras unos pocos kilómetros llegamos hasta el mirador de la peña de San Valentín, donde hicimos una pequeña parada disfrutando de las impresionantes vistas a la bahía de Plentzia.
Desde allí tras cruzar Barrika iniciamos el descenso hasta la ría de Plentzia, como siempre espectacular con sus innumerables barquitos y su pasarela que nos cruza hasta el pueblo.
Seguimos por el bonito paseo que junto a la ría nos lleva hasta el pequeño y casi en desuso puerto de Plentzia, dejandolo atrás para continuar por el paseo de la playa, donde antes de finalizarlo nos desviamos dando un pequeño rodeo cruzando por los merenderos del parque para llegar finalmente hasta punta Astondo.
Desde aquí iniciamos el ascenso hacia el faro de Gorliz, pasando primero junto al centro de recuperación de fauna silvestre, donde un par de cervatillos se acercaron a saludarnos, o quizás fuimos nosotros quienes se acercaron a ellos. Tras un rato de subida llegamos hasta el faro, es un faro bastante moderno pero tiene la singularidad de que es el que esta ubicado a más altura de todo el cantábrico.
Pero lo realmente interesante es lo que encontramos a sus pies, una red de túneles, bunkers y un enorme cañón construidos después de la guerra civil española por los franquistas para proteger la bahía de un posible desembarco aliado en la II Guerra Mundial. Allí nos pasamos un rato recorriendo, incluso en bici, los oscuros recovecos, hasta llegar al final, el gran cañón que aun se conserva allí.
Tras la visita, retrocedemos un poco para continuar por las campas y senderos que nos llevaron hasta la cima del monte Ermua, desde donde se pueden disfrutar de unas espectaculares vistas a los acantilados y el faro de Gorliz.
Desde allí iniciamos un bonito descenso por senderos hasta llegar al camino que nos llevó a cruzar la carretera de Armintza, continuando por el barrio de Urizar hasta llegar al cruce de Andrakas.
Esta vez si que se nos ha ido de las manos el tema de las paraditas y a la hora de comer aún estamos a mitad de ruta, por lo que hacemos una parada en la cervecera de Andrakas dispuestos a "picar" algo y acabamos metiéndonos un menú de cervecera y dándole duro al txotx en sus barrikas de sidra.
Tras reposar al solete el doping de la sidra, continuamos nuestra triunfal marcha descendiendo por los caminos que nos llevarían de nuevo hasta la ría de Plentzia, y continuar paralelos a ella por el GR-280. El sendero pasa junto a una antigua presa donde poco faltó para darnos un tremendo chapuzón y quitarnos el sopor post jamada.
Un poco después llegamos llegamos hasta el castillo de Butrón, un espectacular castillo de origen medieval que debe su actual aspecto "Disney", a una reforma de finales del s. XIX realizada por el Marqués de Cubas que lo restauró a imagen y semejanza de los castillos centroeuropeos de la época. El castillo por desgracia ya no es visitable, pero podemos visitar su entorno privilegiado, donde podemos encontrar un espectacular secuoya. Actualmente el castillo se encuentra en venta y si tenemos 3 millones y medio de euros lo podemos comprar y ser los reyes de nuestra casa.
Dejamos atrás el castillo y continuamos ya por caminos asfaltados cruzando los barrios de Urresti, Elizalde, Mentxakaetas y Mendiondo hasta llegar hasta la pista que nos sube hacia Umbe. Desde aquí nos acercamos hasta el Santuario de la Virgen de Umbe. Allí nos entramos la capilla construida donde dicen se le apareció la virgen a una lugareña por primera vez en 1941 y desde donde entonces se ha vuelto a aparecer repetidas veces. Se dice también que el agua fluye de un manantial cercano es milagrosa y por ello durante todo el año nos encontramos procesiones de gente que se acerca con la ilusión de que se curen sus males.
Tras la visita volvemos a subir de nuevo hasta la carretera Bilbao-Plentzia, cruzándola para bajar por el camino Eskauriatza Zugatz y desviarnos siguiendo por unos senderos muy chulos que cruzan una pista de descenso de la zona. hasta llegar a la ciudad deportiva de Fadura.
Desde aquí continuamos por el bidegorri hasta la gasolinera donde le pegamos una merecida limpieza a las bicis y terminar por fin nuestra ruta en Berango.
Una gran ruta para hacer este verano en la que podremos disfrutar con sus senderos, playas, rías, puertos, bunkers, castillos y santurarios. Muy importante es hacerla con tiempo seco ya que los senderos de los acantilados son completamente impracticables con barro.
En la quedada mensual de EuskadienBTT de abril nos fuimos hasta Navarra, donde nos tenían preparada una ruta recorriendo entre otros sitios las espectaculares foces de Lumbier y Arbayún.
Nos dimos cita a los afueras de Liédena en el Hostal-Restaurante Latorre, tras los saludos de rigor iniciamos la marcha cruzando el puente sobre el río Irati que da entrada al pueblo para llegar hasta el edificio de la antigua estación de Liédena. Esta estación en otro tiempo perteneció al "Irati" el primer ferrocarril eléctrico de pasajeros que hubo en España y que recorrió desde 1911 a 1955 las comarcas de Pamplona, Aoiz y Sangüesa.
Desde allí comienza la vía verde que nos lleva junto al río hasta la entrada de la foz de Lumbier, donde hacemos una primera parada para visitar los restos del puente del Diablo o de Jesús del s. XVI que según cuenta una bonita leyenda, fue construido por el mismísimo diablo para ganarse el alma de una bondadosa esclava llamada Cliastela.
Tras la visita continuamos atravesando los túneles que si hicieron para el ferrocarril, donde conviene llevar algo de luz, para al salir de él y a pesar de haber estado por allí en muchas otras ocasiones, no podemos evitar quedarnos con la boca abierta al ver los escarpados paredones rojizos que sirven de morada y nido para los buitres leonados que nos sobrevuelan. Más abajo podemos disfrutar con las caprichosas formas que ha dejado el río horadando las paredes de la foz durante miles de años. Llegamos hasta las afueras del pueblo de Lumbier donde cogemos un camino entre el río Salazar y la sierra de Leire que nos acerca hasta la entrada de la foz de Arbayún. En esta foz nos es posible adentrarse ya que no tiene caminos y esta protegida, por lo que cruzamos el puente para ascender por un sendero trialero hasta el pueblo de Usún.
Tras cruzar el pueblo cogemos los senderos que nos llevan hasta el espectacular paraje de La Cuesta, un paisaje que nos recuerda a Las Bardenas y su senda de los ciervos, donde nos pasamos un buen rato subiendo y bajando por sus escarpados montículos.
En seguida llegamos hasta los restos del despoblado de Adansa, donde hacemos un pequeño avituallamiento frente a la iglesia abandonada de San Juan Bautista, para luego visitar las ruinas de lo que queda de aquel antiguo lugar.
Desde aquí descendemos por un barranco hasta la carretera general y llegar hasta la entrada del pueblo de Domeño, donde continuamos hacia Arboniés y desde allí seguir por senderos hasta otro paraje singular de montículos desgastados. Así llegamos hasta Rípodas donde volvemos a cruzar de nuevo el río Irati y subimos hasta San Vicente, desde donde tras tras dar una vuelta por el pueblo continuamos por un camino junto al río hasta llegar a un curioso lugar en la finca Bordablanca, el Centro de Meditación de Irati. Este curioso espació formado por un menhir situado en el centro del mándala del universo, en torno al cual se extienden ocho círculos concéntricos de piedra y cuatro piedras talladas en las esquinas con los símbolos más usados desde tiempos ancestrales: El Tao, la Flor de la Vida, el Sri Yantra y el Triskel Celta. El objetivo de este espació, además de armonizar el entorno, es ser usado para el crecimiento personal y lanzar mensajes positivos al universo. Cargados de energía a tope, nos pusimos de nuevo en marcha y llegamos en un momento hasta Lumbier, donde cogimos el sendero que nos llevó de nuevo hasta la entrada de la foz, recorriéndola de nuevo en sentido contrario hasta llegar de nuevo hasta Liédena, donde finalizamos la ruta y nos metimos un buen homenaje comiendo en el restaurante.
Muy buena ruta que sin mucho desnivel nos lleva por bonitos parajes, divertidos senderos y lugares pintorescos. Sin duda para repetir algún día.
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