jueves, 30 de abril de 2015

Vía verde del Cidacos y Préjano


Esta semana nos fuimos hasta Arnedillo, en La Rioja, muy conocido por su lujoso balneario de aguas termales. Pero nuestra idea no era un finde de relax, sino de conocer la vía verde que une este pueblo con Calahorra y una de sus variantes a Préjano, visitar alguna de las antiguas huellas de dinosaurio existentes en la zona y acabar a la vuelta con un final feliz, bañándonos en las pozas públicas del río Cidacos.


Vamos a hacer un poco de historia. En la década de los 20 se comenzó la construcción de esta linea de ferrocarril junto con el ramal hasta Préjano para dar salida a los productos mineros, industriales y agrícolas del valle Cidacos. Terminada en 1948 no consiguió superar  la crisis de su explotación y acabó siendo clausurada en 1966. Siendo recuperada como vía verde en 1998 por el Ministerio de Medio Ambiente y el Gobierno de La Rioja.


Iniciamos nuestra marcha en Arnedillo desde el aparcamiento que hay junto a las pozas y piscinas municipales, siendo uno de estos edificios la antigua estación. A los pocos metros de empezar la vía verde se adentra en un túnel que atraviesa todo el pueblo por debajo hasta salir a las afueras sobre un puente que cruza el río.


Continuamos por la vía disfrutando de las vistas que tenemos a nuestra izquierda, hasta llegar a una zona donde recientemente la ladera se había derrumbado por las lluvias y nos vemos obligados a empujar nuestras bicis durante unos cuantos metros, tampoco son muchos por lo que no hay ningún problema.



Enseguida llegamos hasta el desvío que sube hasta la variante de la vía verde de Préjano. Por allí seguimos rodeados de olivos y almendros hasta llegar al pueblo, donde nos encontramos con el túnel cerrado también por problemas de derrumbes, sorteándolo con algún pequeño percance sin importancia por encima, pasando junto a la bonita torre fuerte de Préjano. 


Continuamos por la vía pasando junto a antiguos cargaderos de mineral de las antiguas canteras hasta llegar a una área recreativa. Desde aquí continuamos por un camino adentrándonos en el barranco y pasando junto la cascada de Santuste, para finalmente llegar hasta unas antiguas canteras donde pudimos ver unas réplicas de huellas de dinosaurio de los yacimientos de Valdete y La Magdalena.

Retornamos hasta el pueblo de Préjano para continuar por carretera hasta el Monasterio de Nuestra Señora de Vico, desde donde descendimos por unas escaleras hasta cruzar un puente y volver a la vía verde a su paso Arnedo. Por la vega del Cidacos seguimos hasta las afueras del pueblo, llegando hasta una zona industrial donde aprovechamos para solucionar un problemilla en una cala de una zapatilla. Y en que mejor lugar para arreglar unas zapatillas que en la tienda-exposición de la fábrica de zapatillas John Luck, donde Rubén nos atendió mejor que bien.


Con el problema solucionado continuamos nuestro camino hacia Quel, pasando bajo su castillo que desde las alturas preside el pueblo. Seguimos por el camino hasta llegar hasta la carretera general por la que cruzamos para entrar seguido en un largo túnel que nos llevó hasta las afueras de Autol, donde tras cruzar de nuevo la carretera general,  continuamos paralelos a esta por una larguísima recta juntos a cientos de invernaderos de Champiñones ,el producto estrella de este pueblo.


Unos kilómetros más adelante decidimos abandonar la vía verde y dirigirnos por una pista que seguía paralela al canal de riego hasta el embalse del Perdigero, donde hicimos una parada rápida para comer algo y disfrutar de las bonitas vistas al embalse.



Continuamos nuestro camino para llegar en seguida hasta el río, el cual atravesamos por un puente para coger la vía verde de nuevo y entrar en Calahorra por el Parque Cidacos. Callejeamos por el pueblo hasta la plaza El Raso, junto a la plaza de Abastos, donde no estaban esperando por sorpresa un par de amigos que habían salido tras nosotros desde Arnedillo pero a los que dimos esquinazo en alguna de nuestras innumerables salidas de la vía verde.


Tras el descanso y las cervezas o cafés de rigor, pusimos rumbo de vuelta sin salirnos ya de la vía verde y sin descanso hasta volver a Arnedillo, donde tras aparcar las bicis y ponernos los trajes de baño fuimos a por el final feliz, que no fue otro que un buen baño en las pozas públicas de aguas termales del río Cidacos.



Agradecimientos
Fotos: Aurelio (euskadienbtt.com) y Mikel
Tríptico informativo de la V.V. del Ayto. de Calahorra

martes, 28 de abril de 2015

Parque Nacional de Monfragüe


Segunda salida por tierras Extremeñas, esta vez nos fuimos hasta  el P.N. de Monfragüe para adentramos, como decían los romanos, en su  mons fragorum  o monte denso, de donde proviene su nombre.


Iniciamos nuestro recorrido en el pueblo de Mirabel, ascendiendo primero hasta las ruinas del Castillo de Peña del Acero a las afueras del pueblo. Un castillo medieval situado en lo alto de un peñasco desde dónde encaramados a sus murallas pudimos disfrutar de las impresionantes vistas a las dehesas y sierras que nos rodeaban.


Tras la visita al castillo continuamos nuestra marcha por una pista sin apenas desnivel que recorría la sierra de Los Canchos, para luego descender hacia el arroyo de Barbaoncillo,  donde sorprendimos a un pequeño ciervo que huyó despavorido al vernos. Así continuamos disfrutando del paisaje y adentrándonos por la dehesa de Belén hasta llegar hasta una pista que nos haría de nuevo ascender suavemente por la sierra de Enmedio, tras cruzarla llegamos hasta un pequeño embalse donde tuvimos que resistirnos para no bajarnos de las bicis y pegarnos un  buen chapuzón.


Tras vencer la tentación iniciamos una nueva ascensión por pista, mientras íbamos subiendo a ritmo moderado nos adelantó un tipo en bicicleta de hipermercado, vaqueros y  sin casco, que nos recordó que lo importante en este deporte no es lo que llevamos por fuera sino lo que va por dentro.



Así llegamos hasta el alto de la Cruz del Siglo. Al ir acercándonos a la cruz escuchamos claramente una música litúrgica y sorprendidos nos acercamos hasta el borde, dándonos cuenta que la música provenía de muy abajo, del pueblo de Serradilla, donde seguramente estaban metidos en alguna procesión de semana santa. Y allí escuchando una música que fijo iba a ser 3,2, o 1, aprovechamos para hacer un pequeño descanso y disfrutar de las espectaculares vistas.

Seguimos por la cresta hasta el mirador de Serradilla, desde donde comenzamos ya el descenso hacia el P.N., primero por pistas y luego por un revirado sendero trialero bastante complicado pero divertido que nos llevó hasta al fondo del valle. Tras cruzar un pequeño  arroyo cogimos el camino natural del Tajo GR-113, que nos llevó hasta el refugio del collado del lobo, desde donde descenderiamos ya por la Umbría del Guarro hasta el embalse de Alcantara II o José María de Oriol.


En este bonito lugar disfrutamos de la parada y de las espectaculares vistas al embalse, para luego seguir por un divertido sendero junto al embalse que nos llevaría de nuevo hacia la civilización, pasando antes por una bonita zona de ocio junto a el arroyo y acabando por fin en el pueblo de Villareal de San Carlos.



Después de un  descanso y un buen bocata, tocaba volver. La vuelta hasta el collado del lobo la hice prácticamente por el mismo sitio por el que vinimos, pero una vez allí cogí la pista que comunicaba el pueblo de Serradilla con la estación de tren del Monfragüe, que me llevó hasta el cortijo de La Herrera. 


Desde allí entré en el Camino del Rey, un camino que atraviesa la dehesa, dejando a un lado cortijos y becerros pastando en un bonito paisaje, hasta que finalmente llegé de nuevo a Mirabel, dando así por finalizada la ruta.





Esta recorrido es la unión de dos tracks bajados de Wikiloc, la primera parte y final están sacadas de esta ruta siendo muy pistera y poco significativa, y la parte de dentro del parque esta sacada de esta otra, que fue la que más nos gusto y que sin duda se hubiese merecido haberla realizado completa, pero eso otra vez será.


jueves, 16 de abril de 2015

Valle del Jerte y Montes de Traslasierra



Aprovechando que esta semana santa coincidía con la famosa floración de los cerezos del Jerte, nos fuimos hasta Extremadura a conocer aquella zona.


Después de buscar por poco internet nos decidimos por la ruta nº5 del Centro de BTT Valle del Jerte que recorría tanto el susodicho valle como la zona alta de la sierra.  Con sus 45 Km y sus más de 1500 m. de desnivel acumulado ya nos hacia presagiar que iba ser algo más  que un camino de flores.




Iniciamos nuestra ruta desde el pueblo de Navaconcejo, un sendero junto al río Jerte nos llevó hasta la carretera que asciende por la Garganta de la Luz, Al poco de empezar a subir pasamos junto a una zona de escala con gran cantidad de vías con nombres de lo mas cachondos. Subiendo dejamos a un lado la bonita Casa de Espiritualidad San José, vamos un convento de toda la vida, emplazada en un paraje idílico perfecto para descansar y reflexionar, si no fuera por la cantidad de perros que había que nos siguieron ladrando y en actitud muy amenazante.

Seguimos cogiendo altura por una interminable pista hormigonada y revirada, dejando atrás ya las zonas arboladas y de cerezos en flor llegando a una zona más agreste, aquí la pista hormigonada terminaba y el camino nos daba un poco descanso. Continuamos por la pista de tierra pasando junto a la enorme balsa de agua de la Garganta de las Nogaleras, donde de nuevo la pista se volvía a empinar bastante convirtiéndose en una interminable trialera.

Por fin tras casi tres horas de ascensión continua y más de 1000 m. de desnivel, conseguimos llegar al punto más alto a 1500 m. de altura. Sin perder tiempo iniciamos el descenso por un camino hormigonado mientras gritábamos extasiados por  la espectaculares vistas que teníamos del valle y el embalse de Plasencia al fondo.


Continuamos el largo descenso disfrutando de las vistas hasta llegar a la zona de Las Vaquerizas, por donde continuamos bajando hasta entrar en el pueblo de El Torno. Tras atravesarlo seguimos de nuevo descendiendo y descendiendo cruzando por la el paraje de la dehesa Boyal.




Así llegamos hasta la carretera de Rebollar, dejando ya de descender. A partir de aquí continuamos por unas pistas cómodas y rodeados por los cerezos en flor, momento en el cual decidimos hacer ya la parada para comer algo y disfrutar del espectáculo de las flores.


Tras el descanso arrancamos para hacer los últimos kilómetros por un camino que nos llevó por la Vega del Jerte hasta llegar de nuevo hasta Navaconcejo, donde nos estaban esperando ya un par de amigos con unas enormes y fresquísimas cervezas.



La ruta quizás no fue lo que esperábamos, pensábamos que íbamos a ver más cerezos y que no iba a haber tanta pista cementada y carretera, pero aún así disfrutamos de lo lindo con los bonitos paisajes.